Cerca
del Cucharal existen unos yacimientos
paleontológicos, hoy en día abandonados por falta de recursos, como el de la
cueva conocida como la de "los Guisaores" donde se han encontrado
valiosísimos objetos anteriores a la edad de bronce, imprimen al lugar una magia
especial y no faltan leyendas qué hablan de damas blancas aparecidas en cruces
de caminos, luces fatuas y las historias de veteranos cazadores que juran y
perjuran haberse tropezado en las claras noches de luna llena con extraños
animales alopécicos de grandes garras y afilados colmillos.
El amarillo de sus soleados caminos. Sus casas, unas ricamente restauradas, otras abandonadas a su suerte para siempre, amplios corrales, gorrineras de piedra, voces apagadas de niños en sus escuelas olvidadas. El azul del cielo y el verde , siempre verde de sus árboles y jardines silvestres forman el maravilloso cuadro de sensaciones y colores de este bello y desconocido paraje manchego más propio de un escenario de película antigua que de un lugar real donde uno de sus mayores encantos reside en que el tiempo parece haberse detenido y donde sus saludables gentes siempre reciben al forastero con un gesto cordial y amable.
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